Nochebuena, Navidad, Año Nuevo: todo el espíritu de recomenzar, de volver a encarar proyectos, de luchar sin vacilaciones por lo que más queremos se expresa en el estimulante menú y en la alegre organización de la mesa navideña. Por eso, el azúcar, las flores, las luces, los postres, las fragancias de los platos que surgen del horno, el vino jubiloso, el aromático café y el helado reconfortante, las frutas con su radiante arco iris traído de los huertos, las especias antiguas que conservan su aroma a pesar de los siglos, las sutiles combinaciones de platos dulces y salados, calientes y fríos, pero bien presentados para que halaguen las pupilas antes que el paladar.